Ya hemos superado la culpa (artículo 1) y hemos calculado un precio justo (artículo 2). Ahora llega el momento de la verdad: comunicarlo al paciente y gestionar el cobro de forma profesional.
Aquí es donde la fricción reaparece. Pero la solución es sencilla: sistematizar la comunicación y la administración.
La mejor táctica: El Consentimiento Informado
Tu mejor herramienta no es una conversación incómoda, es un documento.
El Consentimiento Informado (o contrato terapéutico) que entregas en la primera sesión debe incluir, además de la RGPD y el enfoque terapéutico, un apartado claro de «Honorarios y Política de Pago»:
- Precio por sesión.
- Duración de la sesión.
- Método de pago (ej. «se abonará por transferencia o Bizum en las 24h posteriores a la sesión»).
- Política de cancelación (ej. «las sesiones canceladas con menos de 24h de antelación se abonarán íntegramente»).
El paciente lo lee, lo acepta y lo firma. Con esto, la conversación sobre dinero se tiene una sola vez y por escrito. Has establecido un límite profesional desde el minuto cero.
El dolor de cabeza fiscal que te hace perder dinero: El IVA
Aquí llega el pain point que ni la mejor comunicación puede resolver: el caos fiscal.
Muchos psicólogos creen que todo su trabajo está exento de IVA. Esto es un error muy peligroso.
Nuestra investigación (y la consulta con cualquier gestor) lo confirma:
- Exento de IVA: La terapia sanitaria. Es decir, el diagnóstico, prevención y tratamiento de trastornos (ansiedad, depresión, etc.).
- Con 21% de IVA: Todos los demás servicios. Por ejemplo:
- Talleres de crecimiento personal.
- Formación a empresas.
- Informes periciales (no diagnósticos).
- Coaching (si no es sanitario).
¿Qué significa esto? Que si das terapia (exenta) pero también un taller de mindfulness (con 21% IVA), tu facturación es un caos. Tienes que emitir facturas diferentes, llevar contabilidades separadas y presentar modelos de Hacienda complejos.
La solución: Un sistema que separa el acto clínico del administrativo
Aquí es donde tu expertise como terapeuta debe separarse de la gestión.
No puedes estar pensando en el tipo de IVA mientras ayudas a un paciente. Necesitas un sistema que lo haga por ti.
Sanidalia está diseñado exactamente para esto.
- Cuando creas un servicio en Sanidalia (ej. «Terapia Individual»), lo marcas como «Exento de IVA».
- Cuando creas otro servicio (ej. «Taller Empresa»), lo marcas con «IVA 21%».
A partir de ahí, solo tienes que asignar la sesión al paciente. Sanidalia genera automáticamente la factura correcta, con el IVA correcto, y la envía.
Tú te centras en la terapia. El software se encarga de Hacienda.
Dejar de sentirte culpable por cobrar no es solo un cambio de mindset. Es tener las herramientas que profesionalizan tu consulta, te protegen legalmente y te liberan de la carga mental de la gestión.
Gestiona tu facturación (y el IVA) sin esfuerzo
Descubre cómo Sanidalia te ayuda a diferenciar servicios exentos de los que llevan 21% de IVA. Genera facturas perfectas en un clic. Céntrate en tus pacientes, nosotros en la gestión.